Antropometría y Ergonomía
Partiendo de que la Ergonomía busca la armonía entre el individuo y el medio que le rodea, considerando al hombre como parte central, hace necesario la presencia de medidas con carácter estadístico que determinen al individuo.
Aunque a simple vista puedan apreciarse diferencias entre las personas, la inmensa mayoría presenta unos parámetros que desde el punto de vista estadístico podrían considerarse semejantes, porcentaje mínimo de individuos se escaparían a unos valores considerados como medidas promedio de las características de la persona.
¿Qué es la Antropometría?
La antropometría es la ciencia que estudia las dimensiones del cuerpo humano, para alcanzar a conocer estas dimensiones del cuerpo humano, se recurre a la estadística determinando aquellos valores que son considerados como promedio en el hombre.
Desde luego no todas las personas ajustarán sus parámetros a los tomados como modelo, apareciendo medidas que bien por exceso o bien por defecto se alejarán de los valores promedio determinados con anterioridad, estos valores que no se corresponden con los valores promedio no deben ser tenidos en cuenta.
La Antropometría desde el punto de vista ergonómico
Desde el punto de vista ergonómico es necesario determinar patrones que afecten al mayor número posible de personas, carecería de sentido tomar como normal una medida que se supone englobaría al 60% de la población, en este sentido estaríamos considerando normales al 60 % y anormales al resto. Desde el punto de vista del diseño ergonómico carecería este razonamiento de fundamento.
McCormick indica: “en los dominios de la antropometría humana hay muy pocas personas, si es que las hay, a las que realmente podríamos considerar como medios, medios en todo y cada uno de sus aspectos”. De igual forma Croney, “muy pocas personas es una población son representativas de un amplio número de medidas específicas del cuerpo humano o de capacidades examinables en un estudio antropométrico.” Lo indicado por estos autores viene confirmado por los estudios de Panero y Zelnick, sobre una muestra de 4000 personas, solamente un 25% tenían una dimensión que podía considerarse como media; puede concluirse por tanto que “el hombre medio no existe” (Panero y Zelnick).
De todo lo anterior no puede concluirse que sean necesarios ambientes diferentes para los individuos, inviable por otra parte desde el punto de vista material. Hace necesario establecer parámetros promedio e intentar englobar el mayor número de individuos dentro de unos intervalos de confianza considerados adecuado para satisfacer al mayor número de ellos.
Es necesario para alcanzar el éxito considerar a un gran número de elementos de la población, cuanto mayor sea el tamaño muestral menor será el sesgo que se cometa en las proporciones. Igualmente es necesario establecer técnicas estándar a la hora de las mediciones, igualdad de patrones. Una vez recogidos los datos de la muestra ya solo queda tratarlos estadísticamente, intervalos, frecuencia relativa y acumulada, percentiles, y finalmente diagramas, todo esto nos permitirá diferenciar a los individuos en base a los datos obtenidos, pudiendo clasificarlos en percentiles.
Esta clasificación en percentiles nos permitirá conocer cuantos individuos se encuentran entre unos porcentajes determinados. En este sentido es importante diferenciar entre frecuencia y percentil, para Roebuck , el percentil “expresa el porcentaje de personas pertenecientes a una población que tiene una dimensión de cierta medida (o menor)” y, por tanto según Croney, “los percentiles extremos, ya sean máximo o mínimo, indican pequeñas posibilidades de incidencia. Todo esto nos lleva a que no es necesario tener en cuenta los 100 percentiles, ya que tanto los primeros como los últimos se corresponden con un pequeño número de individuos de la población, no representan la idea global de la población objeto de estudio. McCormick en este sentido establece “que a la hora de calcular tales máximos y mínimos es frecuente la práctica de utilizar los valores de los porcentajes 95 y 5, puesto que una acomodación del 100% podría incurrir en costes extras en proporción a los beneficios adicionales que debería obtener”.
Se trata en definitiva de aceptar como buenos unos datos que influyan negativamente en el menor número de personas, la situación perfecta es imposible, se trata por tanto de minimizar este efecto negativo. A la hora de tener en cuenta un percentil alto o bajo, es necesario conocer si será aplicado a una dimensión máxima o mínima. En este sentido es correcto aplicar un percentil alto (95) para las dimensiones mínimas de los objetos, estoy asegurando que al menos el 95 % de la población será capaz de atravesar ese espacio sin molestia, y aplicaría percentiles bajos (5%) para las dimensiones máximas.
Vemos entonces que todo aquello que sea fabricado, elaborado para relacionarse con el hombre debe antes conocer las dimensiones de este, es necesario conocer la antropometría humana.
La antropometría no solo es el estudio de los diferentes parámetros que puedan interesar. Sino llevar a la práctica estos datos que se han obtenido y relacionarlos con su entorno, entorno laboral.
Para Croney, “la antropometría es el estudio empírico del hombre a través de medidas precisas”. Para Maña la antropometría sería “una ciencia dedicada al estudio de las relaciones métricas operativas de la totalidad, y de las diversas partes del cuerpo humano”. La antropometría no se queda entonces en una mera determinación de parámetros sino el estudio de la funcionalidad del hombre a partir de esos parámetros. Panero y Zelnick en este sentido indican “las dimensiones que influyen en el diseño de espacios interiores son de dos tipos esenciales: estructurales y funcionales. Las dimensiones estructurales, denominadas estadísticas, son las de la cabeza, tronco y extremidades en posiciones estándar. Las dimensiones funcionales, llamadas a veces dinámicas, tal como sugiere el término, incluyen medidas formadas en posiciones de trabajo o durante el movimiento que se asocia a ciertas actividades”.
Al determinar las dimensiones antropométricas de naturaleza estructural tomamos como referencia las posiciones de erguido y de pie con unos percentiles del 2,5 y 97,5. Por otro lado en las dimensiones funcionales tenemos en cuenta el movimiento del cuerpo y para la determinación numérica nos fijamos en el principio del movimiento y en el final del mismo tomando como percentiles el 5 y el 95.
Cuando fijamos estas medidas antropométricas funcionales debemos darnos cuenta que un determinado movimiento no tiene por que ser un movimiento exclusivo de una determinada zona del cuerpo, es decir puede tratarse de un movimiento complejo en el que además de moverse la parte concreta, se desplazan otras partes del cuerpo con el fin de asegurarlo.
No debe caerse en basar toda la antropometría a unas referencias estáticas sin pensar en las funcionales. McCormick en este sentido indica “aunque las dimensiones estructurales del cuerpo resultan útiles para determinadas finalidades del diseño, las dimensiones funcionales son probablemente mucho más útiles para la mayoría de los problemas de diseño, ya que en la mayor parte de las circunstancias de la vida nadie permanece inactivo (ni tan siquiera cuando duerme). Antes bien en la mayoría de las situaciones laborales o de ocio, las personas están funcionando”.
Pero la antropometría no es solamente un cálculo de datos bien estructurales o bien funcionales sino que también estudiará la biomecánica del movimiento.
Para Taboada y Napoli, la antropometría: el estudio de las medidas del hombre, el alcance de sus miembros, análisis posicional, características de sus movimientos.
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