Organización del trabajo
Pausas en el trabajo
Lo más habitual en puestos de trabajo con pantallas es que cada usuario pueda organizarse libremente las pausas necesarias para relajar la vista y aliviar la tensión provocada por el estatismo postural.
Cuando, por necesidades inherentes de la tarea, ésta conlleve periodos de trabajo intensos y prolongados con la pantalla, se deberá alternar el trabajo con otras tareas que demanden menores esfuerzos visuales y musculares para prevenir la fatiga.
En las actividades que no puedan alternarse y se dé una utilización prolongada de la pantalla, será necesario establecer pausas planificadas.
Observaciones sobre las pausas
- Las pausas inherentes a la tarea (tiempos de espera a la ejecución de alguna operación por parte del equipo informático) no son eficaces para la prevención de la fatiga del operador, debiendo considerarse en este sentido únicamente las pausas programadas.
- No deben establecerse pausas con carácter general y rígido, ya que éstas deben poder elegirse a criterio del operador para la recuperación tanto física como mental.
- Las pausas deberían introducirse antes de que sobrevenga la fatiga, cuando el rendimiento del usuario aún no ha empezado a disminuir como consecuencia de aquella.
- El tiempo de las pausas no debe ser recuperado aumentando el ritmo de trabajo durante los periodos de actividad.
- La recuperación es más eficiente con pausas cortas y frecuentes ( por ejemplo, 5-10 minutos por cada hora de trabajo continuo con pantalla), que mediante pausas largas y escasas (15-20 cada 2 o más horas).
- Siempre que sea posible, las pausas deberán hacerse lejos de la pantalla y permitir al trabajador relajar la vista (por ejemplo mirando escenas lejanas) y realizar algunos ejercicios de relajación de la musculatura de la columna vertebral, espalda y brazos.
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